jueves, 9 de diciembre de 2010

DIOS DEL ORO

El que siembra generosamente, generosamente recogerá.
¿De qué tamaño es la ventana que Dios puede abrir para ti?
¿Qué dimensión tiene la cosecha de bendiciones para tu vida y tu familia?
Las ofrendas y los diezmos son oportunidades que se nos presentan cada día para agrandar esa ventana, para aumentar esa cosecha, depende mucho más de nosotros de lo que pensamos.
En el Antiguo Testamento los judíos sembraban en el Templo,traían sus ofrendas y diezmos al Alfolí y cada vez que lo hacían la bendición sobrevolaba sus casas, sus tierras, sus sementeras, a sus familias, eran años de prosperidad.Cuando olvidaban su responsabilidad espiritual de diezmar y ofrendar las ventanas de los celos se cerraban y no lloría la preciada agua que hacía germinar la semilla y dar mucho fruto y riqueza para el pueblo y el pueblo sabía que había fallado en lo principal:
-La confianza en el Dios que es proveedor.
En el Nuevo Testamento tenemos muchos más motivos de gratitud que en el mundo del Antiguo Testamento.Hemos recibido la Gracia.A Cristo en el corazón y al Espíritu Santo en toda la vida.Ya no estamos en la ley,estamos en el tiempo de gratitud,en el tiempo en el que dar a Dios es un privilegio que nos lleva a pensar no sólo en el diezmo y la ofrenda,sino en ir más allá sabiendo que más que todo porque tiene mucho mas agradecer.
El Señor es nuestro proveedor.Sea fiel.

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