"Señor.¿pero por qué se me ocurrió invitar a cenar a este pastor?. No nos engañemos, la hospitalidad no es fácil y demanda sacrificio. A pesar de ello, deberíamos ejercerla sin quejarnos, cordial y generosamente, como representado a Dios¿A quién estas representando?¡A Dios!. Eso le da una perspectiva al asunto, ¿verdad? Escribe Pablo:"Compartid las necesidades de los santos y practicad la hospitalidad"(Romanos 12:13).
Y Pedro:"Reciban en us casas a los demás, y no hablen mal de ellos sino háganles sentirse bienvenidos".(1Pedro 4:9 Traducción en lenguaje actual). ¿Has invitado recientemente a algún desconocido, extranjero o pobre a cenar?.
Un Hombre llevó a cabo un sondeo y escribió en una revista de tirada nacional:"De las casi 200 iglesias que visité, sólo en una alguien me dirigió la palabra, aparte de las personas encargadas de dar bienvenida "oficialmente",¡y fue para informarme que me había sentado en su sitio!.Es fácil ser hospitalario con aquellos que conocemos, pero Jesús dijo:"Si amáis a los que os aman...¿No hacen también lo mismo los publicanos?(Mateo5:46).¿Qué pasa con los desconocidos?,¿Los que no encajan en nuestro círculo social?. Seguro que puedes encontrar multitud de excusas:éstas muy ocupado, no quieres involucrarte en sus vidas, te sientes incómodo con gente extraña, etc.Pero Dios dice que lo estás representando a Él, y eso significa sacrificar tus propios intereses, dar de tu dinero y de tu tiempo, arriesgarte a recibir a personas que no conoces bien o que que incluso no te agradan y ver a los demás con los ojos de Dios. ¡Eso es practicar la hospitalidad!
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