viernes, 12 de febrero de 2016

La Viuda de Serepta


Una Mujer Hospitalaria
Esta es la Historia de una mujer que por su hospitalidad hacia el profeta de Dios, Elías, vio transformarse su pena en alegría.
En su Palabra, Dios a veces nos indica claramente los nombres y antecedentes de la gente acerca de la cual leemos, pero en otros casos, como el de esta mujer, no se nos dice nada acerca de ella. Sin embargo, su fe y sus acciones se registran porque Dios sabía que necesitábamos esas lecciones.
La Provisión de Dios para Elías:
Esta Historia se encuentra en 1 Reyes 17;9-10. Dios le había ordenado a la viuda a que ayudara a Elías, aunque ella vivia en una nación que rendia culto a los idolos. No sabemos si esta viuda conocia personalmente a Dios, pero ciertamente sabemos que ella le conoció después que Elías se quedó en su casa.
La Necesidad De La Viuda:
Cuando el profeta conoció a la viuda, ella estaba juntando leña para cocinar la última comida para sí y para su hijo. Pongase usted en su lugar.¿ Cómo hubiera reaccionado usted ante un extraño que llega a su casa, pidiendo agua y alimento cuando hacia meses que no llovía? ¿Cuán dispuesta hubiera usted estado a ser hospitalaria?
La mujer sabía que no estaba en condiciones de alimentar a un huésped. Sin embargo, no rechazó a Elías. Lo podemos ver en 1 Reyes 17:11-16
 Y yendo ella para traérsela, el la volvió un llamar, y le dijo: Te ruego que me traigas también un bocado de pan en tu mano.
  Y ella respondio: Vive Jehová tu Dios, Que No tengo pan cocido ;Solamente un puñado de harina tengo en la tinaja, y un poco de aceite en una vasija; y Ahora recogia dos leños, para entrar y prepararlo Para mí y para mi hijo, para que Lo comamos, y nos dejemos morir.
  Elías le dijo: No Tengas Temor; ve, haz de Como has dicho; Pero hazme A mí primero de ello Una pequeña torta cocida debajo de la ceniza, y tráemela;y después harás para ti y para tu hijo.
  Porque Jehová Dios de Israel ha dicho Así: La harina de la tinaja no escaseará, ni el aceite de la vasija disminuirá, hasta el día en que Jehová  haga llover sobre la faz de la tierra.
 Entonces ella fue e hizo como le dijo Elías; Y el comió, y ella, y Su Casa,  Muchos Días.
  Y la harina de la tinaja no escaseó, ni el aceite de la vasija menguó, conforme à la palabra Que Jehová había dicho por Elías.
La Necesidad Suplida:
Por su Fe esta mujer  "fue e hizo como Dios le dijo" a través de Elías, Dios cumplió con su promesa de proveer la harina y el aceite. ¿Se imagina usted  el cambio que significó tener al profeta  de Dios en su casa?
Todas las preocupaciones de la viuda sobre la provisión de alimento para ella y su hijo fueron eliminadas. Estoy segura que con el transcurrir de los días  y los meses, la viuda y su hijo deben haber aprendido mucho acerca de Dios. Probablemente se habrán llegado a sentir muy seguro teniendo a Elías en su casa.
La Crisis de esta Mujer:
Pero un día, el hijo de la viuda se enfermó y murió. Nuevamente la vida de la viuda se hundió en el dolor y la desesperación. Recordemos que ella había perdido ya a su esposo; después por la hambruna no tenia comida para su hijo y pensaba que iban a morir. Pero Dios había satisfecho esa necesidad a través de Elías. Ahora su hijo estaba muerto. En su dolor la viuda enfurecida acusó a Elías de causar la muerte de su hijo. Posiblemente ella haya tomado conciencia de su propio pecado cuando el profeta le hablaba sobre Dios. Inmediatamente asoció la muerte de su hijo con el juicio por sus pecados. 1 Reyes 17:18

 Y ella dijo a Elías: ¿Qué tengo yo contigo, varón de Dios? ¿Has venido a mí para traer a memoria mis iniquidades, y para hacer morir a mi hijo?

Elías no trató de responderla por la acusación que había hecho hacia él, sin embargo le pidio amablemente al hijo. Lo podemos leer en 1 Reyes 17:19-24
Pero Elías contestó:
Dame a tu hijo.
Entonces tomó el cuerpo del niño de los brazos de la madre, lo cargó por las escaleras hasta la habitación donde él estaba alojado y lo puso sobre la cama. Después Elías clamó al Señor: «Oh Señor mi Dios, ¿por qué le has traído desgracia a esta viuda que me abrió su casa, al provocar la muerte de su hijo?».
 Entonces Elías se tendió sobre el niño tres veces y clamó al Señor: «¡Oh Señor mi Dios, te ruego que le devuelvas la vida a este niño!».  El Señor oyó la oración de Elías, ¡y la vida volvió al niño, y revivió!  Entonces Elías bajó al niño de la habitación en el piso de arriba y se lo entregó a su madre.
¡Mira le dijo, tu hijo vive!
 Entonces la mujer le dijo a Elías: Ahora estoy convencida de que usted es un hombre de Dios y que de verdad el Señor habla por medio de usted.
Debe haber sido muy duro para una madre afligida tener que esperar abajo. El tiempo debe haberle parecido interminable. Pero esperó y de nuevo presenció un milagro. Al final de la historia, ella sabía sin ningún tipo de duda que su huésped había sido enviado por Dios.
La vida de esta mujer viuda nos deja una gran enseñanza sobre la obediencia la fe y la hospitalidad. Pero en este momento resaltemos la Hospitalidad.
La Hospitalidad es un Ministerio Importante .
Significa: Abrir con amor cristiano su hogar a los demás. Sin esperar nada a cambio ni ver la condición económica de los huésped. Recordemos siempre que en Dar esta la Bendición.




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