miércoles, 22 de febrero de 2017

EL NOVIAZGO CRISTIANO

Más bien, el tema podría ser: El noviazgo a la luz de la Biblia, y con un énfasis especial en la pregunta específica: ¿Debo esperar que Dios me mande mi pareja, o debo buscarla yo mismo?
Al plantear esta doble pregunta, surgen otras más. Veamos por lo menos 2 básicas:
  • Si Dios me la va a mandar, ¿Cómo sabré quién es la persona enviada? En la Biblia, y en la experiencia de algunas personas, se ha demostrado que el hecho de depender 100% de Dios para recibir la pareja ES LA EXCEPCIÓN Y NO LA REGLA . Casos excepcionales, como el de Rebeca para Isaac.
  • Si es que somos nosotros los que debemos escoger, ¿Hay alguna manera de estar seguros de no equivocarnos? Esto sucedía también en algunos casos en los tiempos Bíblicos. Jacob escogió a su esposa, entre otros casos.
Pero EN VERDAD NOS SORPRENDERÍAMOS al saber cuál era la regla en los tiempos bíblicos: Con mucha frecuencia los padres escogían la pareja de su hijo, y el compromiso se hacía ENTRE LOS PADRESy no con los jóvenesSegún los estudiosos de la Biblia, la edad normal de casamiento eran los 14 años para los varones, y los 12 años para las mujeres. Lea, por ejemplo, 1 Co. 7:36, lo cual muestra la autoridad del padre para el casamiento de las hijas, principalmente.
Así que, desde esta perspectiva, surge un verdadero problema: ¿Es bíblico el noviazgo? La respuesta correcta es NO. No hay en la Biblia indicios de relaciones románticas entre jóvenes, FUERA DEL CONTEXTO DEL MATRIMONIO.
¿Qué significa esto? Significa que la Biblia sólo habla del romanticismo y el amor de pareja (nunca llamado EROS) en matrimonios. No existió el noviazgo, como lo conocemos.
Entonces, ¿Qué debemos aceptarESTA ES MI PROPUESTA.
La Biblia no da "reglas" a seguir, ni aconseja tal cosa como "espera a tu pareja". Más bien, esto es un indicio de lo siguiente:
  1. El noviazgo, como tal, debe ser considerado como algo serio, y como la antesala del matrimonio.
  2. Aunque no hay "reglas", sí hay principios que nos orientan en cuanto a relaciones sentimentales se trata.
    1. Dios nos creó con la capacidad de amar y ser amados. Esa capacidad empieza a despertar en la adolescencia. Gn 1:27 dice que somos creados a imagen y semejanza de Dios.
    2. Una de las bendiciones de la creación es la libertad de decisión. En Cristo, esa capacidad se refuerza. Dios espera que la usemos con responsabilidad. Gál. 5:13.
    3. El escogimiento de la esposa para Isaac nos da el principio de la dependencia y la búsqueda de la voluntad de Dios. Gén. 24:12
    4. Otro principio importante, derivado del mismo pasaje, es el hecho de la afinidad de la pareja, que bien puede interpretarse como ser de la misma fe (vs.1-4). Este principio parece estar reforzado por la enseñanza paulina de "no unirse en yugo desigual con los incrédulos", según 2 Co. 6:14ss, aunque este texto no habla precisamente de las relaciones sentimentales, sino de Santidad vs. contaminación espiritual.
    5. - Hay algunos casos registrados en la Biblia donde no se cumple este principio de la afinidad espiritual (ser de la misma familia de la fe), y parece ser que Dios estuvo de acuerdo. c.p.e. José, hijo de Jacob, quién se unió con una egipcia, hija del sacerdote de On, dios pagano. Pero… ¿quién era José? Un hombre consagrado 100% a Dios y comprometido con su fe.
      - No obstante esta libertad, el riesgo es muy grande. El peligro que se corría era que las parejas que no eran de la misma fe podían desviar el corazón de los hijos de Dios (Jezabel y Acab, por ejemplo, o las esposas paganas de Salomón; cf. 1 Ry. 16:29ss; 1 Ry. 11: 1-10; Deut. 7:3-4.
    6. El hecho de que el siervo de Abraham buscó una señal no indica que así tenga que ser siempre. La confirmación de Dios puede darse por medio de una señal específica, pero no necesariamente. En la Biblia existe apoyo para ambos casos. Repetimos: Esta es la excepción de la regla. El contexto nos arroja luz, al saber que Abraham habitaba entre pueblos paganos, y la nación de Israel aún no había sido formada.
  3. Lo más acercado a la Biblia es, pues, que, bajo la dirección del Señor, la aplicación de los principios arriba mencionados, y una actitud de compromiso, tengo libertad cristiana para escoger a mi pareja, con la cual me casaré.

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