Hacia una relación saludable
En esta serie de artículos hemos estado analizando la importancia de tomar decisiones sabias con respecto a las relaciones de noviazgo. Recuerde, la vida no se improvisa, se planea, se trabaja y se corrige en el camino.
Perfil de la pareja
Para tomar una decisión inteligente en el amor, es importante hacer una lista de las características que identifiquen a la persona que puede llegar a ser nuestro compañero o compañera de vida. Esto, puede servir como una guía a la hora de elegir, porque en un matrimonio no se improvisa y no basta con estar enamorados.
Debemos aclarar que la persona perfecta no existe, pero sí aquellas con las que es agradable convivir, y son emocionalmente estables. También, no está de más añadir que nosotros, como ya dijimos, somos responsables de nosotros mismos, de nuestras vidas, de quienes somos, lo que hacemos y lo que sentimos. Por lo tanto, estas cualidades que mencionaremos, no solo deben identificar a la persona amada, sino que deben ser desarrolladas por cada uno de nosotros en particular.
La siguiente lista la elaboró una joven de 18 años y, por mucho tiempo, ha indicado que esta fue su guía a la hora de decidir con quién casarse:
- Que tenga valores familiares fuertes, tales como el respeto y la fidelidad, a la vez, que valore el matrimonio como una relación para toda la vida.
- Carácter dulce, suave, tierno, cariñoso, amoroso, pero seguro y firme en sus convicciones.
- Emocionalmente estable.
- Centrado en su comportamiento y en su forma de pensar y hablar, pero a ratos espontáneo.
- Paciente, que no se irrite fácilmente.
- Maduro.
- Tolerante y sensible.
- Comprensivo.
- Sincero y honesto, que sea recto en su proceder.
- Bueno y que siempre busque hacer lo correcto.
- No rencoroso, piadoso y compasivo.
- Alegre y dinámico.
- No envidioso ni jactancioso.
- No celoso ni egoísta.
- Atento, amable y cortés.
- Que sea pacificador, de buen temple.
- Humilde, que no sea orgulloso, sin prejuicios sociales.
- Dadivoso con las personas.
- Generoso y cooperador.
- Sociable, que le guste la gente y el trato con ella.
- Simple, sencillo, no complicado, pero a la vez, amplio en su manera de pensar y ver las cosas. Que disfrute de todas sus experiencias.
- Un visionario con deseos de superarse, perseverante, emprendedor, con iniciativa propia y confianza en sí mismo.
- Que se instruya lo suficiente y aspire a cosas grandes.
- Que busque que sus conocimientos sean ricos y amplios en toda área.
- Disciplinado y trabajador.
- Sabio y que me enseñe con su conocimiento.
- Que me ayude a crecer como persona.
- Con un desarrollo educacional y familiar similar al mío.
- Que su familia sea abierta y cálida.
- Que pueda llegar a ser un gran padre.
- Vocabulario rico.
- Aseado, cuidadoso de su cuerpo y arreglo personal.
- Temeroso de Dios, con buena formación espiritual y moral.
Atrevámonos a elaborar nuestra propia lista, esta nos permitirá tener un mejor criterio, porque el éxito matrimonial no es cuestión de suerte.
Beneficios de añadir reflexión inteligente al enamoramiento
- Podemos tomar decisiones sabias.
- No nos hacemos ideas falsas, pues la realidad será una buena consejera.
- Somos capaces de distinguir entre cualidades esenciales y simple apariencia.
- Podemos percibir personas que no nos convienen, ahorrando tiempo, energía y dinero, evitando dirigirnos a una relación dañina.
- Aumenta la probabilidad de estar con alguien que realmente nos quiere por lo que somos.
- Tenemos mayor posibilidad de estar en una relación saludable.
- Tenemos una relación con más oportunidades de éxito en un futuro matrimonio.
- Nos permite anticipar las cosas y no tener sorpresas inesperadas.
- Somos personas que eligen, en vez de ser mendigos emocionales.
Consecuencias de no analizar la situación
- Podríamos experimentar desilusión cuando un día despertemos y descubramos que nosotros o nuestro cónyuge teníamos áreas de carácter que debíamos superar antes de contraer matrimonio, o que apresuramos el tiempo cuando debíamos llevar un proceso más lento.
- Podríamos sentirnos molestos y avergonzados por no haber visto esas cosas desde el principio o por no haber escuchado el consejo que nos advertía lo que estaba por venir.
- Podríamos darnos cuenta de que gastamos tiempo, energía y recursos en una relación sin futuro.
- Pero sobre todo, viviríamos frustrados y con la idea de «qué me queda» por haber tomado una mala decisión al haber ignorado esa voz interna de advertencia.
¿Cómo es una relación saludable?
Si queremos saber si la persona con la cual estamos saliendo es la que más nos conviene para esposo o esposa, conozcamos las características de una relación saludable.
Una relación ha alcanzado la madurez necesaria cuando la pareja se convierte en buenos amigos, disfrutan estar juntos, la comunicación es fácil, franca y natural. Existe un sentimiento mutuo. Tienen ideales en común y conceptos de familia parecidos. Sus mundos tienen relación y les ilusiona compartir sus metas y proyectos. Ambos son fieles a los valores que profesan.
Cuando tienen conflictos, son capaces de superarlos sin herirse. Se divierten y la pasan bien juntos porque se saben personas libres y se sienten respetados. Su familia y sus mejores amigos están sinceramente emocionados con esta relación. La atracción es mutua y sienten que la relación tiene futuro. Viven una relación estable, se sienten seguros el uno con el otro y tienen ilusión.
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