Honra a Jehová con tus bienes, Y con las primicias de todos tus frutos; Y serán llenos tus graneros con abundancia, Y tus lagares rebosarán de mosto.
Proverbios 3:9-10
1. El Plan de Dios. (2 Co. 9:8-12)
A. Teniendo en claro su propósito.
Existe un pensamiento muy común en el mundo; " Aquel que es pobre está más cerca de Dios. Será más bendecido y Dios le tratará de una manera especial. Aquél que tiene dinero es mal visto por el Señor; Dios no lo bendice". Sin embargo cuando vamos a la Palabra de Dios, encontramos una realidad muy diferente,. La Biblia dice que " Dios resiste a los soberbios y da gracias los humildes"
(1 P.5:5)
Este versículo nos enseña algo muy importante: Dios no mira nuestro dinero, sino nuestro corazón (1S.16:7). Se puede ser pobre y humilde, pero también se puede ser pobre y soberbio. Nuestra actitud de corazón ese la que determina si recibimos bendición de parte de Dios ( Sal.138:6)
El Señor desea bendecir te en toda área de tu vida. En la medida que crezca tu vida espiritual, también crecerán en lo material (3 Jn 2).
B. Teniendo en claro sus promesas.
La historia de Israel es una historia de prosperidad. Dios le prometió a Abraham que sería bendecido (Gn.12:1-3) y eso implicó una gran prosperidad. Jacob recibió promesa de bendición de parte de Dios (Gn.28: 13-15).
Dios siempre prometió prosperidad.
De las tres mil promesa que están en la palabra de Dios, más de la mitad son económicas. Muchas personas se siente culpablesi si desean prosperar. Sin embargo, el Señor Jesucristo nos enseña que debemos orar por " El pan de cada día "
(Mt.6:11)
Evidentemente ,Dios no pretende que esperes ver panes que caen del cielo, sino recibir su provisión económica para suplir tus necesidades.
Él mismo mostró su interés en proveernos cuando alimento a cinco mil hombres
( Lc.9:10-17).
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