Recordemos siempre que no somos más que un miembro; necesitamos aceptar las operaciones de los otros miembros. Cuando nos sometamos a la autoridad visible estamos en perfecta armonía con la Cabeza, puesto que el echo de que alguien tenga el suministro constituye su autoridad. Todo el que tenga un don tiene un ministerio, y todo el que tenga un ministerio tiene autoridad. Sólo el ojo puede ver; así que cuando necesitamos ver tenemos que someternos a la autoridad del ojo y recibir el suministro de su función. El ministerio que Dios otorga es autoridad; nadie debe rechazarlo. La mayoría de las personas quieren tener la autoridad directa de Dios; pero el modo más frecuente de Dios es establecer autoridades indirectas o delegadas para que las obedezcamos. Por medio de ellas debemos recibir la provisión espiritual.
martes, 4 de julio de 2017
La distribución de funciones es también una delegación de la autoridad
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