Vivimos tiempos difíciles, algunos sistemas humanos han caído y otros amenazan ruina.
El desasosiego es cada vez mayor.
Hay un sentir general de que cada día vamos a peor.
Las preguntas se acumulan.
Millones de personas han hallado la respuesta
UN MENSAJE DE ESPERANZA
Hace veinte siglos que nació un hombre de manera totalmente contraria a las leyes de la vida. A los treinta años alzó su voz con un mensaje de esperanza que llega hasta nuestros días. Este hombre se llama Jesús. Sus mismos enemigos dijeron de él: " ¡ Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre!"
Jesús no se presenta como un filósofo o un moralista, sino como el Hijo de Dios, el Salvador del mundo. Los tres años que duró su labor pública son testigos de hechos extraordinarios. Se le vio dominar a las mismas fuerzas de la naturaleza, sanó a los enfermos, resucitó muertos, dio de comer a multitudes, y anduvo sobre el mar como sobre un pavimento. Su lenguaje es el de la gente de la calle. Las multitudes acuden a él atraídas por la fuerza liberadora de su palabra. Con autoridad condena la hipocresía, la dominación del hombre por el hombre, el orgullo, la vanidad, y muestra con el ejemplo de su vida el camino que debemos andar.
Pronto se convirtió en centro de controversia. Para algunos era un personaje incómodo. Para otros una amenaza que había que neutralizar. Finalmente sufrió la muerte más cruel de su tiempo, sobre una cruz de madera. En realidad había venido para eso. En más de una ocasión había hablado de ello. Había venido a morir en nuestro lugar, por nuestros pecados. Sus últimas palabra sobre la cruz fueron: " Consumado es ".
Podría creerse que todo había acabado. ¡ En realidad no había hecho más que empezar! Tres días después se levantó triunfante de la muerte, dando a los hombres la mayor esperanza que pudieran imaginar. Desde entonces, millones de personas a lo largo de los siglos han encontrado en él la respuesta a sus preguntas, a su necesidad vital, y tú puedes hacer lo mismo hoy.
Jesús afirma ser el camino, la verdad y la vida, la luz del mundo, aquel en quien podemos hallar la paz que anhelamos, y nos invita a seguirle. Muchos hemos dicho sí a su invitación.
¿Cuál será tu respuesta?
No hay comentarios:
Publicar un comentario