miércoles, 13 de julio de 2016

Ser Consecuente y Perseverante

Se dice que si uno corre toda la carrera, pero abandona antes de llegar, es lo mismo que si no hubiese corrido. En realidad es peor porque se invirtió tiempo y esfuerzo para nada
“No sembrarás tu viña con semillas diversas, no sea que se pierda todo,
tanto la semilla que sembraste como el fruto de la viña”.
Deuteronomio 22.9

Si bien este versículo apunta a que el Pueblo de Dios no se mezclara con otros pueblos paganos, contiene un principio de tremenda sabiduría para aplicar a nuestra vida.

Para que no se pierda todo, tanto la semilla que uno siembra como el resultado que uno espera cosechar, debemos ser consecuentes y perseverante. 

El ser consecuentes tiene que ver con desarrollar continuidad en nuestra vida.

Se dice que si uno corre toda la carrera, pero abandona antes de llegar, es lo mismo que si no hubiese corrido. En realidad es peor porque se invirtió tiempo y esfuerzo para nada. 

Alguien que cursa una carrera y abandona faltándole pocas materias, no solo se queda sin el título, sino que además desperdicia todas las materias aprobadas. 

El ser perseverante tiene que ver con mantener el mismo nivel de calidad y entrega en lo que hacemos.

Si comenzás una tarea con excelencia pero la terminás de forma mediocre, no solo tendrás algo mediocre, sino que además opacarás la excelencia primera. 
La Palabra también apunta a no ser inestables y vivir de forma cambiante (personas que viven sembrando diferentes tipos de semillas y no logran cosechar nada). Tienen materias cursadas de distintas carreras pero no obtuvieron ningún título. 

El principio también apunta a no comenzar a desarrollar las cosas en un nivel alto de entrega y después terminar haciéndolas en un nivel bajo. Empezaron estudiando cuatro horas por día y ahora solo le dedican una hora. 

Que en este tiempo podamos ser consecuentes y perseverante para poder lograr lo que nos propusimos y además para no malgastar nuestra vida.
A la hora de abandonar algo recapacita no solo en lo que te perderás de obtener, sino también en lo que ya has realizado y que se terminará desperdiciando. 

A la hora de menguar en tu nivel de excelencia recapacita no solo en que obtendrás algo mediocre, sino en que se menospreciará también la excelencia que desarrollaste hasta hoy. 

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