lunes, 26 de junio de 2017

El espíritu de oración

"Y de la misma manera, también el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; porque no sabemos orar como debiéramos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles; y aquel que escudriña los corazones sabe cual es el sentir del Espíritu, porque Él intercede por los santos  conforme a la voluntad de Dios".(Romanos 8:26-27).

Nacido del Espíritu o nacido de la carne

  La frialdad y apatía que prevalece en la iglesia hoy en día, es prueba de la falta del espíritu de oración. En general, la iglesia está engendrando hijos "nacidos en la carne", los cuales no conocen nada del espíritu de oración,que es lo que reinaba en la iglesia primitiva. Sin este espíritu no podemos esperar frutos espirituales en la Iglesia ni ser útiles en el Reino de Dios. Como en lo natural, sin dolores, no hay parto, de la misma manera sin el espíritu de oración no habrá hijos espirituales. Con la indiferencia que prevalece en la Iglesia es muy difícil, si no imposible, que pecadores sean compungidos y convertidos. Si es el Espíritu Santo el que transforma el pecador en "nueva criatura en Cristo" entonces sin su poder está claro que las almas no serán nacidas de nuevo.

  San Pablo conocía bien el espíritu de oración y su poder para convencer y traer almas a los pies de Cristo. Él dijo a la Iglesia carnal de los Gálatas: "Hijos míos, por quienes de nuevo sufro dolores de parto hasta que Cristo sea formado en vosotros". (Gálatas 4:19). Era el ministro de oración de día y de noche, el cual le dio tantos hijos espirituales. Con razón él pudo decir: 
"Porque aunque tengáis innumerables maestros en Cristo, sin embargo no tenéis muchos padres; pues en Cristo Jesús yo os ENGENDRÉ por medio el evangelio".(1Corintios 4:15)

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