Pero es en este mismo aspecto donde se haya la falta común de los hijos de Dios. Necesitamos reconocer en otros miembros la autoridad de la cabeza. La función de cada miembro es limitada: el ojo es para ver; la mano, para trabajar; el pie, para andar; debemos, por lo tanto, aprender a aceptar las funciones de los otros miembros. No debemos rechazar la función de ningún miembro. Si el pie rechazara a la mano, sería lo mismo que si rechazara a la cabeza. Si aceptamos la autoridad de un miembro, es lo mismo que si aceptamos la autoridad de la cabeza. Aunque la función de la mano del cuerpo físico es extraordinaria, ella tiene que aceptar la función de los pies cuando hay que caminar. La mano no puede percibir el color, así que tiene que aceptar la autoridad del ojo. La función de cada miembro constituye su autoridad.
martes, 27 de junio de 2017
Resistir a la autoridad de los miembros es resistir a la cabeza
Pero es en este mismo aspecto donde se haya la falta común de los hijos de Dios. Necesitamos reconocer en otros miembros la autoridad de la cabeza. La función de cada miembro es limitada: el ojo es para ver; la mano, para trabajar; el pie, para andar; debemos, por lo tanto, aprender a aceptar las funciones de los otros miembros. No debemos rechazar la función de ningún miembro. Si el pie rechazara a la mano, sería lo mismo que si rechazara a la cabeza. Si aceptamos la autoridad de un miembro, es lo mismo que si aceptamos la autoridad de la cabeza. Aunque la función de la mano del cuerpo físico es extraordinaria, ella tiene que aceptar la función de los pies cuando hay que caminar. La mano no puede percibir el color, así que tiene que aceptar la autoridad del ojo. La función de cada miembro constituye su autoridad.
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