El desarrollo integral de los niños es un tema que preocupa cada día a los padres. Sin embargo, muchos no cuentan con los recursos para enviar a sus hijos a la escuela.
Un ministerio está trabajando para que los pequeños tengan acceso a la educación al tiempo que enseñan principios bíblicos.
Una excelente oportunidad tienen niños de escasos recursos económicos en Cieneguilla, al sur oriente de la ciudad de Lima, gracias al ministerio cristiano Corazones en Acción, que opera desde el año 2000 en el país.
“Corazones en Acción, el objetivo es transformar generaciones y la manera que lo hacemos es llevando la palabra de Dios a los niños, a los jóvenes en las naciones, entonces tenemos varios programas que los usamos para cumplir esa visión”, dice Paul Bowers, director de Corazones en Acción.
Corazones en Acción ofrece diversos programas de ayuda que favorecen el desarrollo personal de los niños.
“Uno de ellos es PARE, un Programa de prevención del abuso sexual infantil y sabemos que no es un tema muy agradable, pero es un problema no solamente aquí en el Perú, sino en todo el mundo”, precisa Bowers.
El Programa de Incentivos Educativos de Superación, (PIES), tiene como objetivo ayudar a los niños a desarrollarse en las áreas emocional, espiritual y académica.
“Nosotros estamos brindando a los niños dos veces por semana ayuda en cuanto a lo que es alimentación, lo que es por ejemplo, aseo personal también, ayudamos también con sus tareas, con tutoría y también vemos el área espiritual, enseñando a los niños principios y valores cristianos”, indica Rut de Ankajima, coordinadora del programa PIES.
Abel, es un adolescente quien llegó siendo un niño con emociones dañadas, debido a la separación de sus padres.
“Veías a otros niños que tenían una familia conformada por un papá, por una mamá, pero tu familia no y era como: ¿qué pasó? ¿Por qué no tengo?”, precisa Abel Hegaz Briceño, participante de Corazones en Acción.
La asesoría emocional y espiritual, lo ayudaron a superar el conflicto.
Teníamos también clases de psicología con los padres que yo iba con mi mama y poco a poco fui entendiendo lo que pasó
Abel ahora ayuda de modo voluntario a otros niños.
“Ahora estoy muy bien, estoy ahora ayudando aquí en PIES a los maestros, a los menores en sus tareas, valores”, precisa Abel.
Los tutores se sienten satisfechos con su trabajo al ver los cambios experimentados.
“A mí me apasiona trabajar con ellos, yo veo mucha disponibilidad y mucho que explotar en ellos también, yo creo que es mucha paciencia que Dios me da, pero también mucha recompensa, verlos crecer en la casa de Dios, y desarrollarse también como personas”, expresa Walter Ankajima, de Corazones en Acción.
De una manera práctica, Corazones en Acción cumple con la visión de ver a esta generación y sus familias transformadas por el poder de Dios
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