Entre los cuales también todos nosotros en otro tiempo vivíamos en las pasiones de nuestra carne [nuestra conducta gobernada por nuestra naturaleza corrupta y sensual], satisfaciendo los deseos de la carne y de la mente.
Efesios 2:3
Pablo nos advierte aquí que no debemos ser gobernados por nuestra naturaleza sensual u obedecer los impulsos de nuestra carne ni los pensamientos de nuestra mente carnal.
Aunque era cristiana, tenía problemas en mi vida diaria porque no había aprendido a controlar mis pensamientos. Yo pensaba en cosas que mantenía mi mente ocupada, pero que no eran productivas de un modo positivo.
¡Necesitaba cambiar mi forma de pensar!
Cuando el Señor empezó a enseñarme acerca del campo de batalla de la mente, habló a mi corazón y me dijo una cosa que se convirtió en un hito en mi vida. Eso fue: "Piensa en lo que estás pensando". Cuando comencé a hacerlo, no demoré mucho en percatarme de por qué tenia tantos problemas en mi vida.
¡Mi mente era un desastre!
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